Siempre me ha parecido fascinante el tema de las perspectivas. De que nada es “algo” en su totalidad porque cada quien le da una interpretación diferente a las cosas.
Por ejemplo, un pastel de chocolate no es “delicioso”. No es una cualidad intrínseca. Si lo fuera, así lo percibirían todos. Sin embargo habrán personas que al probarlo lo encuentren mediocre o inclusive asqueroso.
Esa canción que te encanta y puedes tener en replay todo el día, ¿adivina qué? no es una “buena” canción en realidad, porque si esa fuera su escencia, entonces todos la percibirían de esa manera.
En base a nuestra perspectiva, nosotros le otorgamos cualidades a las cosas, pero eso no significa que en realidad sean como las percibimos.
¿Me voy explicando?
Si ligamos esta filosofía Budista al ámbito del diseño, podemos decir que cuando creas una marca, no estás creando sólo esa marca, sino que en realidad estás creando multiples marcas. La marca existe en millones de formas al ser interpretada de diversas maneras en las cabezas de cada usuario que interactúa con ella.
En cierta forma, cada persona co-crea esa marca contigo.
Marca = Percepción
Nuestro trabajo como diseñadores es emplear herramientas visuales para delimitar esa percepción que puede tener un usuario acerca de la marca.
Una marca no siempre va significar lo mismo para todos, pero eso está bien mientras mantengamos a los usuarios dentro de los parámetros beneficios que queramos proyectar.
P.D.
Bajo mi perspectiva, el pastel de chocolate sí es delicioso y la canción “Bigmouth Strikes Again — The Smiths” sí es buena.
